De Romances y Cantares

"De la España legendaria, con el arte juglaresco ...
El barítono Eduardo Cogorno no es un artista que sólo halla cabida en la música antigua y sus aledaños, sino que es un cantante
de la más exigente escuela que, paralelamente a su actividad profesional en ese rango, transita el arte juglaresco de la España legendaria, para lo cual, además de los medios técnicos que la escuela proporciona, posee la gracia, la comunicatividad y
la desinhibición que este género requiere..." Pompeyo Camps. Clarín. 9 de noviembre de 1988
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"Eduardo Cogorno celebra sus treinta años con la música ...
El esmalte de la voz de Eduardo Cogorno no ha sufrido mella y entre poesías y canciones desarrolla su espectáculo, acompañado
por un óptimo grupo de instrumentistas como Marcela Fiorillo (sensible ejecutante de piano), Jorge Biscardi y Omar Cyrulnik
(virtuosos guitarristas), Sergio Bergoglio (hábil en el toque de flautas).....El mismo Cogorno concretó una puesta en escena sobria,
de senciales elementos escenográficos (aportados por Fabián Mecle) y bellas luces diseñadas con espíritu evocativo por Horacio Fernández. ...Encuentro entrañable, por cierto, este de Eduardo con su público que lo sigue por espacio de tres décadas, haciéndose cómplice de su amor por la invención y el arte de España, ... para los que tiene siempre el tono justo y el aire castizo imprescindible."
Eduardo Giorello (El Día, La Plata, 2/12/2000)
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“Desde hace nueve años en el pequeño reducto de La Scala, el barítono Eduardo Cogorno acoge expresiones de alta calidad artística. Esta vez, el espectáculo reúne algunas de las más cálidas páginas del romancero español, para celebrar sus 30 años con la lírica. Magníficamente escoltado por las guitarras de Jorge Biscardi y Omar Cyrulnik y con Sergio Bergoglio en la flauta, la voz de Cogorno se luce en la anónima canción sefaradí Adío, querida y en la graciosa Más vale trocar, de Juan del Encina, entre otras melodías.
El sencillo dispositivo escénico prueba que no hace falta un derroche de producción para crear belleza.”
Jorge Montiel. Revista Luna, Abril 2001
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“De Romances y Cantares”
La voz de Eduardo Cogorno, rica en matices y clara, es complementada en forma excelente por los instrumentistas. El conjunto en pleno hace música con una pasión emocionante y con una gran fuerza expresiva. Cogorno sabe cómo guiar a su público con alegría de forma tal que para ellos será inolvidable. Sus interpretaciones extraordinarias y la atmósfera atractiva de la amorosamente
reciclada casa, hacen de la velada una experiencia inolvidable. Argentinisches Tageblatt , 6 de noviembre de 2004.
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Un refinado espectáculo
El 30 de agosto actuó en el Instituto Magnasco el conjunto “De Romances y Cantares”, de la Capital Federal, con el espectáculo
"Un retablo español". A manera de los retablos de las iglesias, que mediante la yuxtaposición de imágenes cuentan historias,
el repertorio hilvanó música y poesía española de diferentes épocas, a través de interpretaciones vocales e instrumentales
y del recitado de poemas. El barítono Eduardo Cogorno, director del grupo, condujo este excelente programa cuyo vigor, lozanía
y profundo sentido popular ha persistido a través de todo el cancionero de España. Dueño de una voz muy trabajada, aprovechó
sus dotes actorales para recrear composiciones que buscan la síntesis, el sentido de la belleza, el valor sugestivo de la frase breve
o el poder mágico del relato que abre caminos a la imaginación. Los tres músicos que integran “De Romances y Cantares”
–Omar Cyrulnik (guitarra), Jorge Biscardi (guitarra) y Sergio Bergoglio (flautas)– evidenciaron el grado de profesionalismo que el conjunto posee. Son virtuosos en su especialidad, responsables de los arreglos musicales y dueños de un ajuste y de un rigor poco usual en las manifestaciones del género. Instrumentos de percusión y autófonos (triángulos, campanitas, cascabeles, panderetas), muy bien equilibrados, enriquecieron las sonoridades creadas por los músicos, a las que se sumaron notas de pedal cuyas delicadezas sostuvieron la armonía de ciertas obras. En suma, un espectáculo valioso y refinado que el numeroso público
disfrutó y aplaudió con entusiasmo. Gracias al Instituto Magnasco por esta oportunidad y por haber afrontado sin dudas
los riesgos que implica toda propuesta exquisita. Javier Fazzio