"La solterona y el ladrón"


La solterona y el ladrón “Simplemente excelente”
Eduardo Cogorno ha dirigido esta difícil obra de forma muy imaginativa divertida y con buen gusto, sacando el máximo de las limitaciones del pequeño escenario y de los medios disponibles. El escenógrafo y vestuarista fue igualmente exitosos en su inteligente manejo del espacio disponible, añadiendo justo el toque deprimente del salón de una solterona de los años 30. Las luces fueron manejadas maravillosamente y los trajes fueron excelentes…
Si le gusta la ópera, la diversión y Menotti, no debería perderse esta producción.
Alfredo Cernadas Quesada. Buenos Aires Herald. 2000
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“Déjese robar”
La solterona y el ladrón… también nuestra ópera tenía un claro objeto de deseo, perderse y divertirse.
Eduardo Cogorno golpea a su puerta. Es el ladrón que estaba necesitando para abandonarse a su fantasía
más oculta y a cometer pequeñas y grandes fechorías. Cuando Miss Todd, instigada por Leticia, roba la colecta parroquial o atraca una licorería, La solterona y el ladrón se prueba un disfraz de plano de Chaplín, se abandona al pecado del cine y desvalija los pasillos de la sala. El público ya es cómplice. El final no se cuenta, pero mientras
Miss Todd, se exalta, en delirios criminales, en La Scala de San Telmo una ópera se escucha
en su propio abismo delirante, una radio capilla de madera oscura.
Y la primera versión de La solterona y el ladrón en EEUU en 1939, también por radio.
Marcelo Sierra. El menú de Buenos Aires. 2000
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Vale la pena escuchar. La solterona y el ladrón.
La limitación de los medios hace famoso al maestro: la pequeñez del escenario de La Scala de San Telmo alcanzó ciertamente, reggiseur Eduardo Cogorno para la puesta en escena de la ópera Grotesca de Menotti, tan rica en creatividad como en efectos, que exige no menos de 14 escenas.
Eduardo Alemann. Argentinisches Tageblatt. 2000
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Off – Colón. El espectáculo me pareció muy bien actuado en la inteligente producción de Eduardo Cogorno,
con escenografía y vestuario muy bien adaptados por Fabián Mecle. Marta Blanco fue excelente como Miss Todd, la solterona que roba para guardar a un falso ladrón en su casa. Martín Cantabiano fue el ladrón cantado con mucha frescura y agradable timbre, Anahí Scharovsky fue un poco incisiva pero entonada como la mucama de
Miss Todd y Ana María Osorio estuvo graciosa como la chismosa del pueblo aunque la voz sonó muy áspera.
Alicia Mazzieri fue la muy experta pianista. En resumen vale la pena verlo.
Pablo Bardín. Buenos Aires Herald. 2000