"Los colores de Lorca (guitarra, amor y muerte)"

"Los colores de Lorca
Eduardo Cogorno estructura un espectáculo de expresiva espiritualidad y de acentuada estética hispana, con el auxilio de las canciones y de la música instrumental, sumadas a una atmósfera creada sutilmente por las transparencias y el cromatismo de la escenografía y el vestuario. Además de la entonación justa y de clima ibérico de Eduardo Cogorno, de larga trayectoria en los espectáculo de raíz española, están a su lado las voces de Maricel Villamonte y Eugenia Fuente (ambas mezzosoprano de mérito), las guitarras de Jorge Biscardi y Federico Ahumada, la flauta de Sergio Bergoglio y la danza del bailarín del Teatro Colón.”
Eduardo Giorello. El Día, La Plata 2005
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Un logrado tributo a García Lorca.
Tensión y emoción en una puesta que evoca al gran poeta español en La Scala de San Telmo.
… Cogorno conduce al público al centro del alma del poeta y a su lírica por momentos romántica y por momentos zúrrela, logrando que la emoción y la intensidad constituyan un marco par la interpretación. Tensión y emoción fueron los carriles sobre los cuales se deslizó este espectáculo en el que Cogorno, artista de importante trayectoria pedagógica e interpretativa en la lírica nacional, es secundado por las juveniles mezzosopranos Maricel Villamonte y Eugenia Fuente, de muy nobles recursos vocales y muy de acuerdo con las exigencias y características de la obra…”
Albino Dieguez Videla. La Prensa. 2005
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Las obsesiones de Lorca en cuatro actos.
Durante los sábados de este mes y de mayo, en el intimista espacio de La Scala de San Telmo asoman
los duendes y demonios de Lorca. Se trata de un afiatado espectáculo de Eduardo Cogorno, director artístico
de este ya tradicional espacio para la música y lírica de cámara porteña… El mar, la guitarra, el amor y la muerte organizan temáticamente en cuatro cuadros una ágil sucesión de breves viñetas que trazan una panorámica sobre
las ideas y obsesiones del artista esapañol. La disposición de una tela traslúcida, entre el público y la escena le permite a Cogorno intercalar fotos, dibujos y cuadros lorquianos, entre número y número… La disposición de una tela traslúcida, entre el público y la escena le permite a Cogorno intercalar fotos, dibujos y cuadros lorquianos entre número y número para lograr así una continuidad que se mantiene sin fisuras durante la obras. La diversidad visual se termina de redondear con un generoso despliegue de vestuarios "de época", en los diferentes números que alternan la danza,
el canto y la declamación. Se nota que es un espectáculo con muchas horas de rodaje.
Tanto los tres cantantes como el bailarín sobre la escena, como los dos guitarristas y el flautista,
hacen lo suyo con convicción y solvencia, según sus propias posibilidades y perfiles.
Martín Liut. La Nación 2005